En el proyecto de reconstrucción del comercio exterior español de los siglos XVIII y XIX, una de las vías a explorar es la que proporcionan las series de comercio exterior de aquellos países vinculados a España. En este sentido, el comercio hispano–británico conduce al estudio de las relaciones centro–periferia en Europa, antes, durante y después de la Revolución Industrial inglesa. Durante el siglo XVIII, el comercio británico con Hispanoamérica se consideró ilegal por las autoridades españoles pese a que se realizaba a través de España (desde 1717–1778) exclusivamente por Cádiz o anteriormente por Sevilla o bien desde las Antillas británicas y Brasil. Entre 1713 y 1739 tuvo lugar, además un tráfico ilegal al amparo del asiento de negros, además de mantener contactos comerciales mediante el navío de permiso de la Compañía de los Mares del Sur. La búsqueda de mercados fuera de Europa condujo a Gran Bretaña a dirigir su atención hacia América Latina, pues existían rasgos del comercio anglo–hispanoamericano con anterioridad a la ruptura formal entre las colonias españolas y la metrópoli peninsular. Sin embargo, se han expuesto distintas razones que pudieran explicar el proceso de sustitución británico del comercio con Hispanoamérica a través de España por el tráfico directo: la política proteccionista de Carlos III pudo tener un efecto disuasorio sobre los comerciantes británicos; el alto coste de oportunidad representaba en Inglaterra a finales del siglo XVIII la inmovilización de capitales; la reducción de costes del transporte marítimo desde Gran Bretaña a las Antillas o el establecimiento de puertos libres en 1766 cuyo propósito fue legitimar y promover el comercio entre las Antillas británicas y las colonias de otros países, especialmente las de España. Hasta el inicio del tráfico directo entre las Islas Británicas y América Latina, en los primeros años del siglo XIX, las exportaciones británicas a sus colonias de las Indias occidentales se multiplicaron por cinco en veinte años, mientras que las importaciones se triplicaron. Los datos para isla Dominica, Granada, Jamaica y Bahamas entre 1788–1795 arrojan un promedio anual de 486 barcos, los cuales cargaban 16.252 toneladas largas para las importaciones procedentes de las colonias españoles mientras que para las exportaciones cotaban con 481 barcos con 14.339 toneladas.
Colección: Estadísticas
Proyecto: 2. Impacto social y económico de las revoluciones tecnológicas en Europa., 9. Viajes y viajeros: conexiones económicas, sociales y culturales.
Cronología: XVIII, XIX
Ámbito: Educación Secundaria, Bachillerato, Universidad
Tipo de recurso: Estadística
Formato: Tabla
Fuente: Prados de la escosura, Leandro, «El comercio hispano–británico en los siglos XVIII y XIX: I. Reconstrucción» Revista de Historia Económica, Journal of Iberian and Latin American Economic History, 2, 2 (1984), pp. 113–162.
Idioma: Castellano
Fecha: 1984
Propietario: Álvaro Romero González (Modernalia)
Copyright: © Leandro Prados de la Escosura, © Revista de Historia Económica
Resumen: Porcentajes de importaciones y exportaciones entre el comercio británico y sus colonias durante el siglo XVIII
ImagenEtiquetas