Estas palabras recogidas por el jesuita Vicente Olcina mientras era transportado en uno de aquellos interminables viajes hacia el exilio, resume perfectamente la situación de los jesuitas tras ser desterrados. El drama humano que implicó la expulsión de los jesuitas se extiende incluso a los Virreinatos de Nueva España y Perú, donde los criollos de esta orden se vieron obligados a abandonar las Indias. En Europa, los desplazamientos fueron continuos a medida que se les iba expulsando de todos los territorios de adscripción católica. La situación llegó a tal punto que incluso en Roma dejaron de ser bienvenidos. Sobre todo, tras la llegada del papa Clemente XIV que pertenecía a los franciscanos, una rama rival. A estas desgracias se le sumaron la ruina y pobreza de la mayoría de jesuitas, quienes se vieron privados de rentas con las que mantenerse. Al final, encontraron refugio en el Imperio Austriaco, que fue el único territorio católico que no los persiguió. Del mismo modo, se instalaron en el Imperio Ruso que a pesar de su adscripción ortodoxa permitió que se reorganizaran.
Colección: Textos
Cronología: XVIII
Ámbito: Educación Secundaria, Bachillerato, Universidad
Enlace: https://rua.ua.es/dspace/bitstream/10045/28459/1/RHM_29.pdf
Tipo de recurso: Fuente histórica
Fuente: Dominguez Molto, Antonio: Vicente Olcina, fabulista, Luis Olcina, misionero. Publicaciones de la Cajade Ahorros Provincial, Alicante, 1984, parte I, p. 295, en: José Antonio Ferrer Benimeli: Op. Cit.,Madrid, 2000, p. 90.
Idioma: castellano
Propietario: Djebril Bouzidi (Modernalia)
Identifier: Dominguez Molto, Antonio: Vicente Olcina, fabulista, Luis Olcina, misionero. Publicaciones de la Cajade Ahorros Provincial, Alicante, 1984, parte I, p. 295, en: José Antonio Ferrer Benimeli: Op. Cit.,Madrid, 2000, p. 90.
Resumen: Declaraciones de un patrón de navíos recogidas por el jesuita alicantino Vicente Olcina
Etiquetas