El comportamiento de la mortalidad de los expósitos en Tenerife estuvo condicionado por el paso de las estaciones, pues durante los meses más duros del año, en invierno y verano, las temperaturas llegaban a sus extremos en la isla y se registraba una mayor mortalidad de las criaturas abandonadas. Conforme a ello, en enero se produjo un incremento del número de defunciones a causa de enfermedades respiratorias (catarros y gripes), agravados por el mal estado en el que los pequeños llegaban al centro tras el viaje. En primavera, en cambio, se producía un ligero descenso de la mortalidad, favorecido por la mejora de las temperaturas donde las condiciones entre el abandono y el traslado a la casa cuna fueron más favorables. Sin embargo, y particularmente en julio, el número de fallecimientos se vio incrementado ante enfermedades infecciosas y la dureza de las condiciones en las que tenía lugar la remisión. Pasados los calores veraniegos, en otoño y al comienzo del invierno, se estabilizaban el número de decesos. A este nivel, y en relación a las particularidades des lo vida económica y social isleña, se encuentran paralelismos con la situación que experimentó Salamanca, Londres o Florencia.
Colección: Gráficos
Proyecto: 3. Mundo rural y mundo urbano en la formación de la identidad europea., 4. Familia, vida cotidiana y desigualdad social en Europa.
Cronología: XVIII
Ámbito: Educación Secundaria, Bachillerato, Universidad
Enlace: https://adeh.org/wp-content/uploads/2020/12/RDH-JIPS-2020-n2_Paula-Barbero.pdf
Tipo de recurso: Gráfico
Formato: Gráfico de líneas
Fuente: Barbero, Paula, «Análisis de la mortalidad de los niños expósitos en Tenerife (siglos XVIII–XIX)», Revista de Demografía Histórica, vol. 38, nº2, 2020, pp. 7–34.
Idioma: Castellano
Fecha: 2020
Propietario: Álvaro Romero González (Modernalia)
Copyright: ©Paula Barbero, ©Revista de Demografía Histórica
Resumen: Análisis de la estacionalidad de la muerte de los expósitos en Tenerife durante la segunda mitad del siglo XVIII
ImagenEtiquetas