La polémica en torno a la cuantificación de los metales preciosos ha girado siempre alrededor de los intentos por aportar cifras ajustadas del stock de los metales llegados en las flotas. Sin embargo, la polémica suscitada sigue abierta ante la imposibilidad de ponerse de acuerdo en cuanto a las cifras llegadas para particulares debido al incremento del fraude durante el siglo XVII. El interés por precisar con mayor rigor este tipo de cifras responde al hecho de que dichos fondos contribuyeron muy directamente a la financiación de la política de la Corona. Se debe señalar que, aunque los metales preciosos no fueron los únicos que sostuvieron el crédito de la monarquía, las remesas americanas tenían unas características atractivas a los grandes banqueros de ámbito internacional. Dichas remesas han puesto de manifiesto las limitaciones de las fuentes oficiales a la hora de ofrecer cifras reales. No obstante, y a partir de 1649, como consecuencia del descenso del dinero que llegó para la Real Hacienda, fue imposible seguir manteniendo una política de respeto, y los caudales privados abandonaron definitivamente el sistema de flotas. Respecto a los fondos públicos, estos se incrementaron entre 1626 y 1640 hasta un descenso brusco producido entre 1641 y 1645 que contribuyó a que en 1647 el Consejo de Hacienda recurriese a publicar un nuevo decreto de bancarrota, acentuando la crisis financiera del reinado. Sin embargo, a partir de 1656–60 se logró una mayor estabilidad en los ingresos de la Real Hacienda. El descenso de la llegada de fondos públicos fue mucho más suave del que se ha señalado tradicionalmente permitiendo entender el papel de las remesas americanas en el sistema financiero de la Monarquía Hispánica. La Corona siguió contando durante el siglo XVII con cantidades de metales preciosos muy importantes, equiparables a las del siglo XVI, pero en lugar de servirse de ellas en España, lo hizo con antelación o bien, en lugar de venir registradas como tales en las flotas, venían ocultas con otro nombre. Sea como fuere, el dinero pertenecía a la Real Hacienda y fue utilizado en su beneficio. Para conocer los fondos de la Monarquía en el siglo XVII se partía de conocer los caudales registrados en las formaciones la disposición realizada en América, el dinero conseguido a raíz de trueques de plata por vellón, los indultos, las condenaciones, los secuestros particulares y las contribuciones del Consulado.
Colección: Gráficos
Proyecto: 2. Impacto social y económico de las revoluciones tecnológicas en Europa., 9. Viajes y viajeros: conexiones económicas, sociales y culturales.
Cronología: XVII
Ámbito: Educación Secundaria, Bachillerato, Universidad
Tipo de recurso: Gráfico
Formato: Grafíco de líneas
Fuente: Álvarez Nogal, Carlos, «Las remesas americanas en las finanzas de la Real Hacienda. La cuantificación del dinero de la Corona (1621–1675)», Revista de Historia Económica, Journal of Iberian and Latin American Economic History, 16, 2 (1998), pp. 453–488.
Idioma: Castellano
Fecha: 1998
Propietario: Álvaro Romero González (Modernalia)
Copyright: © Carlos Álvarez Nogal, © Revista de Historia Económica
Resumen: Evolución de los metales precios a su llegada a España desde el continente Americano
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