El envejecimiento poblacional es fruto de un proceso demográfico desarrollado en la media y larga duración. Este camino se inició hacia la mitad del siglo XIX, mientras que su aceleración se produjo en las décadas de 1960–1970. La presente tabla permite conocer los ritmos seguidos por el envejecimiento demográfico en los distintos ámbitos geográficos de la península en el tránsito del Antiguo Régimen a la época contemporánea, atendiendo a aquellos mayores de 60 años. El primero de los tres comportamientos por resaltar corresponde a las islas Baleares, lugar donde el citado envejecimiento conoció un franco despegue entre 1787 y 1877. Ello se debía a las mejoras experimentadas en cuestiones de mortalidad, de las que da cuenta la ganancia de años en la esperanza de vida de sus habitantes entre ambas fechas –13.9 años–. El relativo estancamiento de su envejecimiento durante el último cuarto del siglo XIX finalizó con el cambio de siglo gracias a las mismas mejoras citadas. De esta forma, se consolidó el modelo en un área regional cuyo nivel medio de envejecimiento se situaba por encima del 8.5%. El relevo fue impulsado por las mejoras en la mortalidad y los efectos que causó la intensificación de la emigración, hecho demostrado entre 1787 y 1860–73, donde la esperanza media de los habitantes de Asturias, Galicia, Navarra y el País Vasco conociesen una ganancia neta de 10.9, 4.0, 1.5 y 1.9 respectivamente frente al retroceso del País Valenciano o Cataluña, situado en 3.2 y 0.1. El segundo patrón de comportamiento lo ofrece el norte peninsular y la España interior. El camino al envejecimiento se inició en el último cuarto del XIX, si bien las bases socioproductivas poco o nada se parecían. Basta con recordar la particularidad del mundo agrícola en el interior peninsular, la cual quedaba marcada por el predominio de los jornaleros, las bajas densidades de habitantes por kilómetro cuadrado, una mortalidad estructural y un intenso proceso de redistribución poblacional del centro a la periferia. Este panorama apenas acompañaba a lo sucedido en el norte, donde al envejecimiento demográfico se unía el alto número de habitantes por kilómetro cuadrado, una baja fecundidad, la relativa benignidad de la mortalidad y una alta esperanza de vida. Por último, el tercer modelo de envejecimiento responde al de la costa mediterránea y al sur peninsular pues, entre finales del siglo XVIII y XIX, los mayores de 60 años con respecto al total de la población se mantuvieron en torno a una tasa de envejecimiento 6.5–7.9%, levantando el vuelo a partir de 1900.
Colección: Estadísticas
Proyecto: 3. Mundo rural y mundo urbano en la formación de la identidad europea., 4. Familia, vida cotidiana y desigualdad social en Europa.
Cronología: XVIII, XIX, XX
Ámbito: Educación Secundaria, Bachillerato, Universidad
Enlace: https://www.adeh.org/revista/2008,%202/DUBERT.pdf
Tipo de recurso: Estadística
Formato: Tabla
Fuente: Dubert, Isidro, «Vejez, familia y reproducción social en España, siglos XVIII–XX», Revista de Demografía Histórica, vol. 26, nº2, 2008, pp. 87–122.
Idioma: Castellano
Fecha: 2008
Propietario: Álvaro Romero González (Modernalia)
Copyright: © Isidro Dubert, © Revista de Demografía Histórica
Resumen: Envejecimiento poblacional en España de larga duración analizado desde el estancamiento del envejecimiento durante el siglo XIX
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