La portada meridional de la catedral de Jaca es mucho menos conocida que la entrada occidental del templo, con su famoso crismón e inscripciones. Sin embargo, fue una de las primeras portadas historiadas del románico peninsular. Las alteraciones sufridas con el paso de los siglos y la pérdida de elementos originales han repercutido sin duda en esa desatención historiográfica.
Una hipótesis de reconstrucción del conjunto, a partir del estudio de componentes aún in situ y de otros elementos descontextualizados, permitirá destacar sus singularidades y proponer nuevas claves de lectura de sus imágenes. En este sentido, la portada catedralicia se revela como un importante jalón en la creación de discursos visuales y configuración de tipologías de ingreso a finales del siglo XI.