El jabalí del sello del Museo Arqueológico Nacional muestra la originalidad de este dispositivo de contramarca en el anverso de la emisión de Clunia. El animal no está erguido ni en movimiento, sino tumbado con las patas bajo el cuerpo. La postura tumbada no parece guardar relación alguna con las representaciones del entorno legionario que se encuentran en sellos, emblemas, estandartes, etc. Este dispositivo de contramarca inédito, acuñado únicamente en el anverso, está asociado a una imagen en el reverso de la moneda que muestra el cráneo del animal. La imagen siempre se ha descrito como una «cabeza de jabalí», aunque su forma y detalles representan el cráneo sin piel del animal. No se ha dado ninguna explicación plausible. Lo que sí es cierto es la relación entre los dos tipos, siempre emparejados, el primero en el anverso, el segundo en el reverso. Las dos contramarcas fueron acuñadas en Clunia en la primavera del año 68 d.C., en el contexto de los acontecimientos que culminaron con la aclamación de Galba. Representan toda la serie de ritos propiciatorios, desde el sacrificio animal inicial, con la víctima representada boca abajo, hasta el banquete ritual que cierra las ceremonias, donde el cráneo desollado es trofeo y botín. La aplicación de las contramarcas exclusivamente al tema de Clunia demuestra que los acontecimientos de la primavera del 68 d.C. implicaron directamente no sólo al entorno legionario, responsable de la aclamación de Galba, sino también a toda la comunidad de ciudadanos llamados a participar activamente en el proceso político.