España todavía era un país fundamentalmente rural en el siglo XVIII, pues ciertas zonas de la Península se caracterizaron por la existencia de agrociudades, pueblos grandes que se componen de agricultores y jornaleros. De igual modo existía una población urbana que, sin embargo, se encontraba con cierta dificultad. La mayoría de los pueblos incluían un componente de población dedicada a la agricultura y, aunque los enormes niveles de dedicación agraria no eran la regla general, la mayoría de los pueblos tienen entre un cuarto y mitad de su población activa ocupada en tareas del campo. Esto se debía al débil y sincopado proceso de industrialización español y a su concentración en unos pocos puntos, en especial hasta 1900. En este sentido, se considera a las capitales de provincia, sea cual sea su tamaño, una capacidad de atraer durante este periodo a actividades no agrarias. Aunque solo ocasionalmente son industriales, es habitual que muestren altas concentraciones de población activa en el sector servicios, pues al menos durante el siglo XVIII, una parte importante de su población se encuentra trabajando para la Iglesia. Este tipo de actividades se fundamenta en la naturaleza de la ciudad preindustrial como centro de atracción del poder, pues era el lugar donde los nobles preferían vivir, donde la Iglesia concentraba sus rentas, donde se localizaban los cargos más codiciados además de encontrar la Universidad, y donde el servicio doméstico podía encontrar un acomodo laboral más fácilmente. Sin embargo, la ciudad industrial no llegaría a ser la forma dominante de organización económica hasta bien entrado el siglo XX. Al menos la mitad de las ciudades españolas tiene más del 33% de su población activa dedicada al sector servicios. De las 12 agrociudades más importantes, 11 tienen un sector terciario que no llega al tercio de la población activa y suponen el 80% de las ciudades cuyo sector servicios es inferior al 20% de la población total. Finalmente, debe señalarse cómo el sector servicios es el más importante en las pequeñas capitales de provincia, sobre todo en el grupo menor de 10.000 habitantes; el 61& de estas capitales tiene más del tercio de su población ocupada en los servicios.
Colección: Estadísticas
Proyecto: 3. Mundo rural y mundo urbano en la formación de la identidad europea., 4. Familia, vida cotidiana y desigualdad social en Europa.
Cronología: XVIII, XIX, XX
Ámbito: Educación Secundaria, Bachillerato, Universidad
Tipo de recurso: Estadística
Formato: Tabla
Fuente: Reher Sullivan, David–Sven, «Desarrollo urbano y evolución de la población: España 1787–1930», Revista de Historia Económica, Journal of Iberian and Latin American Economic History, 4, 1 (1986), pp. 39–66.
Idioma: Castellano
Fecha: 1986
Propietario: Álvaro Romero González (Modernalia)
Copyright: © David-Sven Reher Sullivan, © Revista de Historia Económica
Resumen: Proporción de la población que realizaba actividades en el sector servicios en 1787
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