En la Edad Media, nuevas formas de explotación reemplazaron lentamente a la esclavitud, como la servidumbre, cuyo término (lat. servus, esclavo) designa la condición de dependencia de un agricultor que lo vincula a la tierra en la que reside y a un amo. Esta condición atañe a los hombres o mujeres que no gozan de libertades personales, pertenecían a un señor y estaban ligados a la tierra que cultivaban (campesinos). Su origen se remonta a los últimos siglos del Imperio Romano, cuando se creó una clase de agricultores, aún legalmente libres