Las mujeres pertenecientes a la Casa de Austria desempeñaron un papel relevante en el mantenimiento, fortalecimiento y enaltecimiento de la familia Habsburgo, convirtiéndose en los pilares que contribuyeron a sostenerla y consolidarla como la dinastía hegemónica en la Europa del siglo XVI. Mujeres con mucho poder que actuaron como auténticas maestras en el arte de la negociación y de la mediación política, que supieron moverse con habilidad en el entorno cortesano y que utilizaron todos los elementos simbólicos, propagandísticos y religiosos para convertir a la dinastía en el principal referente político de la época.