El complejo proceso de construcción y evolución de la imagen del Apóstol Santiago en las artes europeas desde la Alta Edad Media hasta nuestros días constituye uno de los capítulos más fascinantes del análisis de la iconografía hagiográfica. Y ello no tanto por una profundidad escatológica, sino por el poder taumatúrgico e inspirador del pescador, hermano de Juan el Evangelista, miembro del círculo próximo de Jesús y evangelizador de Hispania. Vehiculada por el extraordinario auge de las peregrinaciones tras la inventio de su sepulcro a inicios del siglo IX se extenderán por toda Europa los tres tipos iconográficos: apóstol, guerrero -miles Christi, adalid de los reinos cristianos contra el dominio musulmán y a la postre Patrón de tales reinos-, y peregrino. Y junto a su imagen, símbolos significantes en sí mismos como la vieira.