Bacanales, un término de resonancias inequívocas, un tópico histórico de sólida implantación, pero ¿es verosímil? Nada tan romano en el imaginario colectivo como los emperadores degenerados y las orgías desmedidas… y, sin embargo, las bacanales eran rituales, ceremonias de culto a Baco, un dios de salvación, que ofrecía una esperanza de vida tras la muerte.
Entonces, ¿qué hubo de cierto tras el gran escándalo de las Bacanales? En el año 186 a.C. el Senado de Roma y los cónsules ponen en marcha una persecución contra los seguidores de Baco, que se convierte en la primera caza de brujas de Occidente. El hecho -incuestionable- presenta más sombras que luces: ¿perdieron su preciada virtud las matronas romanas entregándose al sexo? ¿Inmolaron su virilidad los adolescentes romanos en honor a Dionisos? ¿O acaso hubo temor en Roma ante una secta pagana de ritos mistéricos que pusiera en riesgo los cimientos sociales del naciente Imperio? ¿Realmente urdieron los bacantes una conspiración?