La antigua Isla Plana, frente a las costas de Alicante y Santa Pola fue desde
antiguo un enclave insular cotizado tanto por su posicionamiento geográfico, como por la
riqueza pesquera de sus aguas circundantes. Sin embargo, se mantuvo deshabitada hasta
el último tercio del siglo xviii, momento en el que se impulsaba un ambicioso proyecto de
plaza fuerte militar y de colonización civil de la isla, acorde a la filosofía reformista de la
Ilustración española en época del monarca Carlos III, a mitad de camino entre la utopía y
la realidad. Ese proyecto se conocería como Nueva Tabarca, en recuerdo del origen de sus
primeros pobladores. Dos personajes fueron claves en su configuración y desarrollo: el que
fuera capitán general de Valencia y después presidente del Consejo de Castilla, el conde de
Aranda, y el ingeniero militar, coronel de Infantería Fernando Méndez de Rao Sotomayor.