Se presenta un estudio etnoarqueológico sobre una alzada, hábitat estacional de la alta montaña lucense, vinculado con la actividad pastoril estival, y en menor medida con la agrícola para, de acuerdo con los datos obtenidos a través del trabajo de campo antropológico y geográfico, establecer un modelo explicativo del proceso de abandono casi total del yacimiento y de la adquisición de nuevas funciones y significados que ha tomado de un modo reciente. De esta manera es posible entender, a la luz del contexto etnográfico, histórico y antropológico, los restos arqueológicos de este lugar de ocupación.