Las islas de San Cristóbal, Nieves y San Eustaquio, del archipiélago de las Caribes de Sotavento, fueron ocupadas por franceses e ingleses en 1627. La expedición española estuvo mandada por don Fadrique de Toledo y Osorio, primer marqués de Villanueva Valdueza (capitán general de la Armada en el océano) y don Antonio de Oquendo (almirante). Tras apresar varios buques de corsarios en la Isla de Nieves, desembarcó en la de San Cristóbal, donde tomó en pocos días y sin apenas pérdidas, dos fuertes franceses y uno inglés, apoderándose de 200 cañones y haciendo 2.300 prisioneros. Tras el efímero éxito y quemadas las plantaciones de tabaco de los ocupantes, don Fadrique abandonó la isla en dirección a Portobelo y La Habana sin dejar guarnición, lo que provocó que fuera tomada por sus enemigos en 1630. Don Fadrique de Toledo fue nombrado capitán general del Mar Océano en 1618, contando con importantes éxitos en el Mediterráneo y Brasil. Sin embargo, en el momento de la representación había caído en desgracia al enfrentarse al conde duque de Olivares a propósito de un proyecto de expedición a Brasil, ya que la pretensión de medios exigidos por don Fadrique no se ajustaba a la idea del conde duque. Por ello, se le envió a prisión en 1633 por el Consejo de Castilla, que le desterró a perpetuidad y le privó de sus cargos, ingresos y posesiones.
Colección: Imágenes
Proyecto: 5. El sistema y el poder en la historia de Europa: oligarquías, participación política y democracia., 6. Bajo un manto de terror: violencia y conflicto armado en Europa.
Cronología: XVII
Ámbito: Educación Secundaria, Bachillerato, Universidad
Tipo de recurso: Imagen
Formato: Óleo sobre lienzo (297 x 311 cm)
Fuente: Museo Nacional del Prado (Madrid)
Idioma: Castellano
Fecha: 1634
Propietario: Álvaro Romero González (Modernalia)
Identifier: P000654
Copyright: Museo del Prado (Madrid)
Resumen: Representación de la recuperación de la isla de San Cristóbal, obra que forma parte, junto a otras, de la conmemoración de una serie de victorias terrestres y navales que sonrieron a los ejércitos de la Monarquía Hispana durante el primer periodo de la Guerra de los Treinta Años. Estos lienzos irían destinados al Salón de Reinos del Palacio del Buen Retiro.
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