La Baja Época de la Cultura Ibérica, 40 años después. Simposio conmemorativo de los 50 años de la AEAA.
La Baja Época de la Cultura Ibérica, 40 años después. Simposio conmemorativo de los 50 años de la AEAA.
Jornada que aglutinará a los principales especialistas en materia de música y sonido en la Prehistoria y la Protohistoria. El sonido es una de nuestras fuentes de percepción, por ello su importancia es universal y atemporal. No podemos precisar cuándo ni cómo surge la música, pero los restos arqueológicos evidencian que nos ha acompañado desde nuestro pasado más remoto, al menos desde que nos llamamos sapiens.
A través del análisis, tanto de las piezas conservadas, como de su contexto arqueológico y con el apoyo de la etnoarqueología, la arqueología experimental, las fuentes iconográficas y, cuando es posible, también de las escritas, nos aproximamos a los paisajes sonoros de la Prehistoria y la Protohistoria, momentos en los que la música y el sonido formaron parte de la vida cotidiana y ritual de sus sociedades.
Peña Negra es uno de los principales yacimientos protohistóricos del Sureste, con una amplia secuencia desde finales del s. X a.C. hasta el tercer cuarto del s. VI a.C., habiéndose identificado con la ciudad de Herna citada por las fuentes. El yacimiento fue objeto de excavación entre los años 70 y 90 del siglo XX. En 2014 se reiniciaron las investigaciones que han permitido analizar las transformaciones de este núcleo indígena, con nuevos datos sobre el urbanismo y la topografía antigua de la ciudad orientalizante, en gran medida debido al contacto directo con las poblaciones fenicias asentadas en la desembocadura del río Segura, siendo por tanto uno de los principales yacimientos peninsulares para analizar la interacción entre ambos grupos étnicos.
El proyecto La ruta de las Estrímnides: comercio mediterráneo e interculturalidad en el Noroeste de Iberia (HAR2015-68310-P) ha tenido como objeto, por un lado, la revisión históriográfica de la literatura antigua y moderna sobre la Casitérides, y, por otro, el estudio del registro arqueológico de origen fenicio hallado en los castros del norte de Portugal y Galicia.
Podemos concluir que los conocimientos sobre las Casitérides se remontan a época arcaica, como lugar de donde procedía el estaño con el que traficaban los fenicios. Las huellas de este comercio se pueden analizar a través de los emporia fenicios en Portugal y de las rutas interiores por la Meseta. Sin embargo, a partir de fines del siglo V a.C., ya hasta época romana, Gadir (Cádiz) monopolizó en comercio del estaño a través de la presencia directa y sistemática de sus comerciantes en los castros gallegos.
Yacimiento clave de la orilla norte del Estrecho de Gibraltar, la Silla del Papa estuvo ocupada durante todo el primer milenio antes de nuestra era. En relación constante con las poblaciones de la costa africana, este enclave fortificado recibió sucesivamente la influencia de fenicios, cartagineses y romanos. Desarrolló una forma de urbanismo en altura particularmente original. Sus habitantes la abandonaron al inicio del reinado de Augusto para construir una nueva ciudad, más acorde con los cánones del urbanismo romano y al borde de la costa atlántica (Baelo Claudia).
El yacimiento ya llevó probablemente el nombre que conservaría el municipio altoimperial: «Bailo», a tenor de la leyenda bilingüe (púnica y latina) de sus monedas. Hoy se encuentra a 4 km de la costa, en el punto más elevado de una pequeña cordillera, la Sierra de la Plata (457 m), que cierra al oeste la bahía de Bolonia. El lugar presenta tres ventajas que no podían sino atraer a las poblaciones que frecuentaban el estrecho: formidables defensas naturales formadas por afloramientos rocosos casi verticales, abundancia de agua en una fuente situada a los pies de estos afloramientos rocosos, y por último, una posición dominante que ofrece extensas vistas en todas direcciones: Tanger al sur, el Djebel Moussa y Ceuta al este, y el cabo de Trafalgar y la bahía de Cádiz al oeste. Como se verá en esta ponencia, este oppidum albergó una comunidad mixta, con componentes indígenas y semitas primero, y posiblemente itálicos después. Fruto de un proyecto de investigación internacional e interuniversitario, de la Silla del Papa se ha intervenido en los últimos años varios sectores del hábitat, dos necrópolis y una iglesia visigoda.
Las investigaciones arqueológicas en Pintia (Padilla de Duero – Pesquera de Duero, Valladolid) pueden darse por comenzadas en 1979, tras el descubrimiento y primera intervención practicada en la necrópolis de Las Ruedas, desarrollándose las mismas desde entonces sin solución de continuidad hasta el presente.
Cuarenta años de investigaciones arqueológicas en el hábitat, la necrópolis, los alfares o los sistemas defensivos de la ciudad han permitido construir, con la debida cautela, una identidad vaccea hasta no hace mucho diluida en el paradigma de la celtiberización. Mientras este concepto acaba de ser superado, la “arqueología vaccea” encuentra en Pintia uno de sus baluartes más sólidos.
El proyecto Gadir Cartaginesa. Estrategias sociales y respuestas rituales en situaciones de crisis (PGC2018-097481-B-I00). Plan Estatal de Investigación. Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades (2019-2021) se focaliza en el análisis y relectura de un tipo muy característico de estructuras localizadas en la antigua ciudad de Gadir (Cádiz), conocidas en la literatura científica como “pozos rituales”. Son estructuras subterráneas que aparecen colmatadas de materiales y restos orgánicos producto de la celebración en ellas de distintos actos rituales.
El objetivo principal es explicar las razones culturales e históricas por las que surgen, se desarrollan y desaparecen estas estructuras, y las acciones que las generan. Para ello es necesario fijar la cronología de los contextos, por una parte, e identificar y aislar los distintos pasos de la «cadena operativa ritual», por otra.
Los resultados obtenidos hasta ahora permiten plantear que se trate de un ritual ancestral gaditano que se potencia con la llegada de las tropas cartaginesas a la ciudad, posiblemente como medio para canalizar la conflictividad social, latente o manifiesta, que la situación debió generar en la ciudad; y que desaparece lentamente cuando esta finaliza.
Varios proyectos de investigación recientes, entre los que se encuentra el Proyecto Europeo de Arqueología Musical (2013-2018) han supuesto un importante avance para el estudio de la música en la Prehistoria y la Antigüedad. Los requerimientos interdisciplinarios para abordar aspectos tan dispares como el estudio tecnológico de instrumentos musicales arqueológicos, su reconstrucción experimental, su ejecución (necesaria para la caracterización acústica y musical) y su contextualización socio-cultural han demandado no solo una importante financiación, sino también la colaboración de académicos y especialistas de todo el mundo. A pesar de la larga historia de la disciplina, estos trabajos han permitido trazar relaciones tecnológicas, préstamos culturales e innovaciones locales que se encuentran en las raíces de las distintas músicas europeas.
En esta última década, la sede de Ullastret del Museu d’Arqueologia de Catalunya ha desarrollado un proyecto de intervención y estudio del complejo defensivo del conjunto formado por los asentamientos iberos del Puig de Sant Andreu y de la Illa d’en Reixac (Ullastret).
En el marco de este proyecto se ha avanzado de manera notable en la delimitación de las estructuras defensivas murarias, aunque lo más destacable sería el descubrimiento, mediante técnicas de prospección geofísica, de un monumental foso excavado en la roca que protegía la vertiente occidental del Puig de Sant Andreu.
El enclave conocido como «Cabezo Pequeño del Estaño» se ha sumado en los últimos tiempos al debate científico sobre la presencia fenicia en la península Ibérica. El yacimiento, pese a haber padecido una destrucción parcial por la explotación de una cantera, mantiene en pie uno de los mejores ejemplos de arquitectura defensiva oriental en nuestro país, con un lienzo de casamatas que presenta alzados superiores a los 2 metros de altura. Durante las excavaciones se han intervenido varios sectores de la muralla, una manzana de viviendas, un almacén y en 2018, un taller de metalurgia de plata completo.