El enclave conocido como «Cabezo Pequeño del Estaño» se ha sumado en los últimos tiempos al debate científico sobre la presencia fenicia en la península Ibérica. El yacimiento, pese a haber padecido una destrucción parcial por la explotación de una cantera, mantiene en pie uno de los mejores ejemplos de arquitectura defensiva oriental en nuestro país, con un lienzo de casamatas que presenta alzados superiores a los 2 metros de altura. Durante las excavaciones se han intervenido varios sectores de la muralla, una manzana de viviendas, un almacén y en 2018, un taller de metalurgia de plata completo.